Las Mentalidades Emprendedoras

Frank Gutiérrez

¿Cómo pensar para emprender?

Cuando se trata de escribir sobre los emprendedores siempre surge una placentera curiosidad sobre su forma de ser y sobre su forma de pensar. Bastante se ha escrito sobre sus características, algunas son percepciones generales observadas de manera poco sistemática y científica y otras por el contrario, responden a observaciones rigurosas hechas por estudiosos del comportamiento humano. Sin embargo, las distintas percepciones intentan descifrar de manera más exacta posible cómo es el emprendedor, cómo piensa, cómo es su mentalidad tan particular que lo lleva a dirigir o proyectar su energía a emprender de manera exitosa una innovación, un negocio, una acción en particular.

En este artículo, el emprendimiento es asumido como una o varias acciones intencionadas que una persona realiza para crear, organizar y ejecutar una idea innovadora que tiene el propósito de satisfacer necesidades a un individuo, a una comunidad o a la sociedad en general. La acción emprendedora en el mundo de los negocios puede ser evidenciada en la creación de nuevos productos, nuevos procesos, entrada a nuevos mercados, nuevos comportamientos, nuevas tecnologías, que tienen la intención de impactar positivamente en el mercado. Se emprende para tener éxito, para contribuir, para colaborar y especialmente para satisfacer la necesidad de logro de un individuo o de un grupo de personas en particular.

La acción emprendedora

Las mentalidades emprendedoras se constituyen en la práctica emprendedora, en la coordinación del pensamiento con la acción, en las múltiples reflexiones que rodean el emprender, en las creencias, en los valores asumidos, en las costumbres que se consolidan a lo largo de la práctica de ensayo y error, como de ensayo y acierto. Las mentalidades emprendedoras son una concreción a largo plazo del conjunto de creencias, costumbres, valores, emociones y deseos relacionados al emprender, que constituyen un modo de pensamiento referente.

Forma parte de las mentalidades emprendedoras el modo de pensamiento, vamos a detenernos brevemente en ello:

¿Cómo es el pensamiento emprendedor?

Las mentalidades emprendedoras están constituidas, como ya dijimos, de diversos aspectos que confluyen en una visión de la vida, en un modo de ser, en un etho emprendedor, que naturalmente muestra un tipo de comportamiento. La mentalidad emprendedora es capaz de detectar con fluidez oportunidades de invertir tiempo, energía, recursos materiales en uno o más proyectos y descifra esa oportunidad de manera sorprendente, moviéndose hacia ella y actuando en consecuencia, aunque aparentemente sea ilògica o incierta. Por eso se dice, que los emprendedores son dinámicos, flexibles, controlados y comprometidos. Es decir, son activos y manejan emocionalmente la energía de tal modo que establecen metas, definen objetivos hacia donde apuntarán y van en busca hasta posesionarse.

Los emprendedores piensan de modo diferente a las otras personas, deben tomar decisiones en ambientes de alta presión, estresantes y cambiantes, por lo que su capacidad de “divergencia” para las opciones que emergen, se destaca ampliamente. Es decir, una oportunidad, un problema, es abordado con una forma de pensamiento donde se exploran muchas y distintas soluciones con ideas generadas en poco tiempo, hasta que se dibujan en la mente para dar lugar a la convergencia, proceso que organiza las ideas y las coordina en acciones.

Los siguientes cuatro conceptos de Robert Hirisch ayudan a comprender mejor el proceso que ocurre en la mente del emprendedor al momento de generar ideas para hacer emprendimientos hasta llevarlos a cabo, ellos requieren de:

  1. El pensamiento estructural
  2. Combinaciones creativas
  3. Ejecutar o efectuar
  4. Adaptación cognitiva
  1. El pensamiento estructural: Detectar oportunidades o creer que hay una oportunidad que debe aprovecharse, requiere de saltos mentales creativos que garanticen la consolidación de un emprendimiento. El pensamiento estructural se explica en la correspondencia que una persona hace entre los conocimientos previos que posee con el surgimiento de nuevas ideas, ante nuevos escenarios posibles. Es decir, para detectar una oportunidad, el emprendedor debe conocer previamente sobre el contexto o mercado particular para poder generar la idea innovadora que le haga creer que su idea tendrá éxito en ese nicho, asimismo una idea creativa puede partir del conocimiento sobre una tecnología que se considera puede introducirse a un nuevo mercado o sector para satisfacer una necesidad específica. ¿Qué está ocurriendo en la mente emprendedora? Hace conexiones entre un nuevo producto, un nuevo servicio, un modelo, una tecnología, con un mercado-objetivo donde se pueda introducir. Esas conexiones son favorecidas por las semejanzas superficiales y estructurales que posee la innovación con la fuente (el mercado) y el destino (la tecnología) por ejemplo. Las semejanzas superficiales son las características obvias que posee un mercado, de tal modo que se percibe que el producto o servicio (la nueva tecnología) satisface claramente una necesidad; las semejanzas estructurales (o profundas) por su parte, descubre la posibilidad o la potencialidad que posee el producto o servicio, y se da cuenta que co-rresponde con los mecanismos fundamentales del mercado, es decir se amplía esa posibilidad de satisfacer otras necesidades no percibidas de manera obvia. Los emprendedores con mentalidad creativa, darán el salto necesario para identificar esas semejanzas estructurales y se abrirán a nuevos espacios o nichos de mercado que antes no eran percibidos.
  • Combinaciones Creativas: el pensamiento del emprendedor de adapta a las realidades cambiantes y en especial a la necesidad o carencia. En general, al emprendedor le faltan recursos y debe apelar a la creatividad y a la invención para lograr sus objetivos. Los emprendedores tienden a aplicar una combinación de los recursos disponibles, empeñados en conseguir los objetivos y resolver los nuevos problemas y oportunidades que se presentan. Para ello experimentan, reestructuran, remiendan aquí y allá, en fin inventan nuevas opciones para lo que sea necesario y adaptan los recursos para aquello que no fue concebido originalmente. Lo importante es lograr lo propuesto.
  • Efectuación (ejecución): Es un pensar creativo en el que se genera una cadena de alternativas, opciones y posibilidades para afrontar una acción emprendedora. Se contrapone al proceso de pensamiento causal, en el que éste se inicia con un resultado deseado y se concentra en los medios para generar ese resultado. El proceso de efectuación se inicia con un nivel de conciencia de lo que se tiene y hace uso de ellos (quiénes son, qué saben y a quién conocen) son interrogantes claves de autoconocimiento, a partir de allí selecciona entre los posibles resultados. Es un tipo de pensamiento de variabilidades, de opciones múltiples, está abierto a alternativas diversas. El emprendedor juega con las opciones hasta dar con la mejor. Esto permite al emprendedor detectar, actuar y moverse rápidamente bajo condiciones inciertas.
  • Adaptabilidad cognitiva: Se refiere a un tipo de pensamiento flexible en el cual el emprendedor es capaz de adaptarse a los cambios constantes que ocurren en el ambiente. Se refleja en la capacidad de reflexionar, entender y controlar el pensamiento, es decir hay un proceso cognitivo de nivel más elevado, que sirve para que las personas sepan reconocer en sí mismas y en el ambiente, lo que está ocurriendo a su alrededor y se adapten cognitivamente de manera flexible a esto. Esto requiere de un proceso constante de autoconocimiento, de ser estratégicos, planeando adecuadamente las acciones y tener capacidad de autocrítica para corregir cuando sea necesario. Implica comprender el contexto y de conexión constante con el entorno y reflexionar continuamente sobre lo que ocurre y lo que se hace.

La mentalidad emprendedora pareciera que se basa contantemente en el potencial creativo e innovador de la persona, pues requiere de adaptación continua a las exigencias y demandas que se van presentando en el proceso. Pensar más complejamente, mezclar métodos y experimentar con diversos medios, ser conscientes de las diversas opciones y alternativas, adaptarse a los cambios, incluyendo los radicales y en una continua reflexión, pueden ser la salvación y la oportunidad para el éxito de lo emprendido.

Es por ello de la importancia de desarrollar un pensamiento acorde con la exigencia. La buena noticia es que este tipo de pensamiento son habilidades que pueden aprenderse y desarrollarse. Así que debemos abrirnos a potenciar esta mentalidad emprendedora y nutrirnos de creencias, ideas, pensamientos que generen un modo de asumir el emprendimiento (sea del tipo que sea) de manera eficiente, efectiva y por supuesto exitosa.

Frank Gutierrez Sivira

Victor Parra O.

Victor Parra O.

Dr. en Cs de la Educación, artista plástico, diseñador gráfico, ilustrador y fotógrafo